Startups III: Alternativas de financiación para desarrollar un proyecto (Segunda parte)
Como continuación a nuestro anterior post en relación con startups y en el marco del proceso de inversión de las mismas, centraremos hoy nuestro análisis en dos formas de inversión que conllevan una mayor complejidad y que habitualmente tienen lugar en una fase de más madurez y/o desarrollo: “Venture Capital” (VC”) y “Private Equity” (“PE”).
Es importante comprender de qué estamos hablando cuando estemos involucrados en la negociación de una toma de participación de un VC o un PE. A estos efectos, haremos a continuación una breve reseña sobre ambos conceptos, recalcando sus diferencias ya que en ocasiones no son tenidas en cuenta.
En general, estas dos formas de inversión se dan cuando la startup necesita el impulso en la comercialización y desarrollo de sus productos o servicios, y en su caso, la internacionalización del negocio. Tanto el VC como el PE comparten la particularidad de ser operaciones de financiación de alto riesgo, donde se aporta capital a la startup y el inversor, a cambio, recibe un porcentaje en la participación de la misma.
Podemos definir el VC como las inversiones realizadas por entes privados que, como contraprestación, reciben acciones de la startup aunque no siempre llegan a ser socios mayoritarios. Si bien no se involucran directamente con el manejo cotidiano de la empresa y/o negocio, suelen exigir: (i) un lugar en el consejo de administración que le permita influir o vetar decisiones; (ii) una cláusula anti-dilución; y (iii) un derecho de liquidación preferente (entre otros).
Por otro lado, los PE pueden definirse como las inversiones hechas por entes privados de gran valor recibiendo a cambio acciones de la startup, que en general, les otorgan posiciones mayoritarias en el accionariado y probablemente se restringirán o limitarán los derechos para transmitir las acciones, mediante derechos de arrastre o acompañamiento, entre otros. Su objetivo es vender su participación obteniendo grandes plusvalías.
Dado lo anterior, existen ciertas similitudes en ambas figuras pero hay determinadas diferencias que son importantes recalcar:
- Sector de inversión. Los PE realizan inversiones en todo tipo de industrias, sobre todo en sectores tradicionales y bienes de consumo. En cambio, la VC centran sus inversiones en el sector de las nuevas tecnologías, apps, biotech, telecomunicaciones, internet of things, etc. De modo que, es más probable que una startup reciba una inversión de un VC que de un PE.
- El monto y la contraprestación. El ingreso de los PE en general es más agresivo, desde el punto de vista que su desembolso de capital es mayor y su correspondiente contraprestación también lo es. Suelen exigir un porcentaje mayoritario de las participaciones de la sociedad.
- Momento de la inversión. Si bien ambos casos se suelen dar en el momento en que la startup necesita un impulso para su desarrollo, los VC suelen ingresar en etapas anteriores, más cercanas a la etapa de arranque de la sociedad. En cambio, los PE, suelen ingresar en etapas posteriores, donde la sociedad está más consolidada. Consecuentemente, las inversiones de los VC son a largo plazo mientras que los PE son a medio plazo.
- Objetivo de rentabilidad. El objetivo de retorno que se plantean difiere según se trate de un VC o de un PE. En el primer caso, la intención al invertir es recibir entre un 40% a 60% anual, y en el segundo caso entre un 20% y 40% anual. Esta diferencia radica en que la inversión del VC es más arriesgada ya que probablemente se efectuará en una etapa más temprana de la sociedad.
En definitiva, ya sea que se reciba una oferta de inversión de un VC o de un PE, es importante entender bien ambos conceptos, saber en qué se diferencian, conocer sus peculiaridades y sobre todo saber qué estamos negociando en cada caso. Tal y como bien indica Sir Francis Bacon, tengamos presente que “el conocimiento es poder”.
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Departamento de Mercantil de Garrigues